En términos generales, un estado alterado de consciencia puede definirse como un estado mental que puede ser reconocido subjetivamente por un individuo, o por un observador, como un estado diferente del estado normal del sujeto, ya sea por variaciones psicológicas o del estado de alerta propio de la vigilia. Es posible detectar los siguiente estados diferentes:
El estado de consciencia “normal”: Es el estado de vigilia cotidiana caracterizado por la lógica, la racionalidad, la ley de causa y efecto, la intencionalidad y el sentimiento de que uno controla su propia actividad mental. El individuo es consciente de sí mismo en tanto que unidad experimental.
Estados de trance: Hay ausencia de ondas alfa continuas en el electroencefalograma; hipersugestionabilidad, pero no pasividad; vigilancia y concentración de la atención en un estímulo único sin responder a otros, haciendo posible las sugestiones posthipnóticas. Estos estados pueden provocarse mediante la voz de un hipnotizador, por escuchar los latidos del propio corazón, cánticos, observación prolongada de un objeto en movimiento (metrónomo, estroboscopio), por rituales monotemáticos, prácticas mediumnísticas, ciertas danzas tribales, por una tortura continuada, el ritmo de una canción de cuna, cierta clase de música, la voz monocorde de un orador, etc. También puede ocurrir por el desempeño de algunas tareas demasiado monótonas, como manejar un trineo a través de la nieve por varias horas, observar una pantalla de radar, fijar la atención en la línea blanca de una autopista mientras se conduce.
Estados de consciencia expandida: Se presentan con un umbral sensorial reducido y un abandono delas maneras habituales de percepción externa e interna. Pueden producirse espontáneamente o ser provocados por hipnosis o sobreestímulos sensoriales. Frecuentemente, son el resultado del uso experimental de drogas y plantas psicodélicas. En este caso, se presentan estados progresivos en cuatro niveles diferentes:
- a) A nivel sensorial, aparecen alteraciones de espacio, tiempo e imagen del propio cuerpo.
- b) A nivel recolectivo-analítico, las nuevas ideas y pensamientos emergen relacionándose con la psicodinámica o concepción del mundo y del papel que desempeña el sujeto dentro de él.
- c) A nivel simbólico, se presenta una identificación con los personajes históricos o legendarios, o con símbolos míticos y arquetípicos.
- d) A nivel integral, al que llegan relativamente pocos individuos, existe una experiencia mística de la presencia de Dios (o del Yo Superior) o en la que el individuo tiene la impresión subjetiva de estarse disolviendo en un campo de energía a nivel universal: satori, samadhi, consciencia cósmica, unidad oceánica, experiencia-cumbre.
Estado de liberación: Es el estado menos familiar en la sociedad occidental moderna y el más difícil de describir. Se le llama también “estado de despierto”. A Gautama Sidharta, el líder religioso que se considera como paradigma del estado de liberación, se le llama Buda, que significa “el despierto”. Esto quiere decir que la consciencia iluminada del Buda excedía la consciencia del hombre ordinario tal como el estado despierto excede en claridad e integridad al estado dormido. El hombre en estado de vigilia considera confusos y fragmentarios sus sueños, igual como lo hace el hombre liberado con su vida anterior.
Resulta difícil describir el contenido del estado de liberación. Incluso los místicos que afirman haberlo experimentado, raramente aseguran haber llegado a él por su propia voluntad o esfuerzo deliberado. En lo único en que todos concuerdan es en su naturaleza inefable: la imposibilidad de traducirlo en palabras. El estado de liberación no tiene comparación con la dimensiones de la vida ordinaria y no puede ser descrito sin distorsionarlo, Es el Gran Vacío, la Nada Divina, el Ser Incondicionado. Aldous HaxIey lo llamó “la mente en toda su amplitud en la que se resuelven todas las contradiciones”. Lao-tse lo llamó “Tao”, Camino; es decir, la ruta que es su propio destino en lugar de ser el medio que lleva a algún otro destino.
El elemento común a todas las descripciones parece ser la idea de “flujo”. En estado de liberación, el intelecto despierto ya no intenta fraccionar la realidad cortándola en segmentos o solidificándola en una entidad. En lugar de ello, fluye con el proceso cósmico del que forma parte.
La noción de fluidez sugiere otra imagen para describir el estado de liberación. Es la de una sensación de hundimiento placentero en un algo misterioso parecido a la mente, sin sufrir las limitaciones espacio- temporales de la consciencia individual ordinaria. En la India ha sido corriente durante siglos describir el estado de liberación en términos de fusión. Atman, el alma individual, es descrita como liberada del inacabable ciclo de renacimientos mediante su reabsorción dentro de Brahman “como una gota de lluvia en el océano”. Aunque dejan en claro que no es que la gota desaparezca en el océano, sino que el océano entra en la gota ampliándola al infinito.
La difusión del uso de las drogas plantea inevitablemente la pregunta de hasta qué punto algunos o todos de los estados de consciencia de los que hemos hablado pueden ser provocados bioquímicamente. La respuesta es que casi todos ellos: por ejemplo, el estado hiperalerta con anfetaminas, el estado dormido con barbitúricos, el estado de sueño con derivados del opio, el estado de trance con pentotal sódico y el estado de consciencia expandida mediante compuestos que van desde la mezcalina hasta el ácido lisérgico. Sin embargo, ninguno de estos estados se produce solamente por la ingestión de drogas. Para la mayoría de las personas, en la generalidad de los casos, estos distintos tipos de consciencia han sido alcanzados sin el uso de drogas, como resultados de estímulos ambientales o internos.
Stanley Krippner