Las personas acompañantes dicen que el moribundo; antes de morir, les habla de familiares ya fallecidos que han venido para llevárselo. Ven a sus padres, abuelos, hermanos, hijos, figuras religiosas... En algunas ocasiones, los niños que no tienen familiares fallecidos que recuerden pueden ver a personajes queridos, como los reyes magos, ángeles o figuras muy valiosas para estos niños, que, a pesar de haberlas conocido poco en su corta vida, eran muy significativas para ellos, y estos vienen a acompañarles durante el proceso de muerte. (103).
Cualquier profesional que trabaje con personas moribundas (UCI, cuidados paliativos...), te dirá que es muy habitual que la gente que muere haya visto previamente a sus familiares fallecidos. No es un paso necesario, no todo el mundo lo experimenta, pero ocurre muy a menudo. Se acercan a ellos, les saludan, a veces les hablan, y es algo que realmente les conforta. En la mayoría de descripciones de estas experiencias se afirma que son muy vívidas y proporcionan gran sensación de paz. (103).
En este fenómeno se experimentan similitudes a las Experiencias Cercanas a la Muerte. Lo único que lo diferencia es que los moribundos terminan marchándose, y las personas que han tenido una ECM seguirán viviendo. (La Prueba del Alma, pagina 103).
Y otra diferencia que se aprecia es que, en las experiencias en el lecho de muerte, en muchísimas ocasiones, la misma percepción que está teniendo el moribundo la vive el acompañante con una claridad absoluta. Son muchísimas las experiencias narradas por personas que están acompañando a un enfermo terminal en sus últimos minutos de vida y viven con éstas sorprendentes experiencias. (104).
Los enfermos terminales dicen que los familiares ya fallecidos o entidades espirituales les comunican ciertos mensajes de tranquilidad y les hacen pasar por el transito reduciendo su miedo o agonía de una forma asombrosa.
Es un fenómeno universal del que no solo son testigos los acompañantes, sino infinidad de médicos y profesionales de la salud. (104).
Las experiencias en el lecho de muerte que experimentan los moribundos o enfermos terminales en sus últimos instantes de vida son el mejor regalo que nos pueden hacer nuestros seres queridos. (La Prueba del Alma 104).
ESTUDIO REALIZADO
Un trabajo reciente, realizado por especialistas del Center for Hospice & Palliative Care y del Canisius College, ambos en Nueva York (EEUU), se ha centrado en el proceso de morir.
Los autores del estudio señalan que estos sueños y visiones próximos a la muerte suelen tener un impacto profundamente significativo en las personas que van a morir e incluso en sus seres queridos.
Por eso, los científicos decidieron cuantificar varios aspectos de ellos: la frecuencia de los sueños, las visiones experimentadas por los pacientes, el contenido y el significado subjetivo de los sueños y de las visiones y la relación de estos factores con la proximidad de los decesos.
Para realizar el análisis, se encuestó diariamente a pacientes hospitalizados en el Center for Hospice and Palliative Care de Cheektowaga (Nueva York) que estaban recibiendo ya cuidados paliativos. En total, fueron encuestados 66 pacientes entre enero de 2011 y julio de 2012. Las preguntas de la encuesta trataban sobre el contenido, la frecuencia y los sentimientos reconfortantes o de angustia que les provocaban estos sueños y visiones. Se constató que, por un lado, la mayoría de los participantes habían tenido, al menos, un sueño o una visión relacionados con la muerte; que casi la mitad de los sueños y visiones se dieron mientras dormían, y que casi todos ellos les habían parecido «reales» a los moribundos. Por otro lado, en estos sueños y visiones solían aparecer amigos y familiares de los pacientes que habían fallecido antes que ellos. Estos sueños, que tenían un efecto reconfortante en los pacientes, fueron más frecuentes a medida que la muerte estaba más cerca. Los científicos concluyen, a raíz de estos resultados, que las experiencias en el lecho de muerte son un fenómeno común durante el proceso de la muerte, caracterizado por una sensación constante de realismo y por un significado emocional marcado.
Estos sueños y visiones pueden mejorar la calidad de vida de los pacientes y deben ser tratados en consecuencia. Existe una importante diferencia entre estas experiencias y los delirios. Durante un estado de delirio, la persona pierde su conexión con la realidad y la capacidad de comunicarse de manera racional. El delirio es preocupante y debe ser tratado médicamente. Por el contrario, este estudio muestra que las experiencias en el lecho de muerte suelen ser reconfortantes, realistas, y a menudo muy significativas.
Este es el primer estudio en el que se entrevista a pacientes acerca de sus experiencias en las últimas semanas de vida. Estudios previos habían recopilado solo información retrospectiva del fenómeno, a través de testimonios de médicos y familiares.
Las unidades de cuidados intensivos o paliativos de los hospitales guardan una estrecha relación con la muerte, dando lugar a numerosas experiencias que se escapan de cualquier explicación racional. Existen multitud de pacientes que intuyen el momento exacto en el que van a morir, otros que parecen decidir por sí mismos el día y la hora, adelantando o retrasando su muerte.
Así como también hay casos de pacientes que han presentado sueños premonitorios o presentimientos sobre terceras personas que, aunque no tengan conocimiento sobre si está ingresado o ha sufrido un accidente, están seguros de que han fallecido. (La Prueba del Alma 104-105).
Autor. Nacho Blasco.
Texto procedente del “Libro La Prueba del Alma” (Paginas 103, 104, 105).
