Hacia donde vamos….
Buenas tardes, provengo de una familia con mentalidad abierta a la vez que religiosa, una familia de ciencia por las profesiones que han desempeñado la mayoría de sus miembros, todos con estudios superiores, pero escépticos para poder aceptar, comprender, integrar, percibir, creer, visionar y no sé cuantos otros verbos más que podrían calificar la actitud frente al otro lado.
Parece que yo soy la única que me intereso profundamente por la temática de las relaciones con los seres que se nos han ido y no solo desde el interés informativo sino que llevo años en proceso de formación de técnicas y acercándome a vivencias de personas de mi entorno.
Creo firmemente que la vida no acaba aquí, no por cuestiones de tipo religioso sino más bien químico, energético, físico y sensorial. He tenido alguna experiencia que me ha hecho vivenciar que ellos están muy cerca pero no como los hemos conocido, en su formato físico.
Precisamente en mi familia tenemos un referente muy fuerte con mi abuela paterna a la que no pudimos conocer porque falleció cuando tenía 45 años en un quirófano. Si le tocaba o no, lo desconozco. Imagino que todo pasa por algo y que nuestro momento de partida tiene un porqué, pero este sería otro tema. Ella era una mujer valiente y fuerte para su época, luchadora y sacrificada y yo heredé su nombre dentro de mi nombre compuesto. Su huella, por todo lo que me han contado sobre ella, pesa sobre mí porque me reconozco en muchas de sus facetas en el ámbito de la relación de ayuda hacia los demás.
Os cuento esto porque durante años mi padre nos decía una frase que se hizo común: si tu abuela viera un ordenador, no se creería lo que se puede hacer; si tu abuela viera los móviles no se lo creería; si tu abuela hubiera podido hacer videoconferencia estaría pasmada.
Y ayer precisamente hablando con mi padre, hombre de física, química y matemático, sobre el libro La Prueba del Alma de Nacho Blasco, surgieron nuestra diferencias entre el creer y no creer y yo le contesté: si tu madre contactara contigo, no te lo ibas ni a creer.
Con esto, queridos lectores quiero acercaros a la realidad de nuestra mente, que empobrecemos y empequeñecemos porque es cierto que nuestra cultura y sociedad no ha ayudado nada a desarrollar la existencia de otras dimensiones.
Nos han hecho un flaco favor todas aquellas personas que han tergiversado y anunciado unos poderes y facultades que no tenían, que han anunciado que eran portadores del futuro, y es que el futuro no es ni más ni menos que vivir el día a día. Futuro es mañana.
Pero ese futuro sí que está lleno de muchas personas de ciencia, con mentes abiertas, que investigan, avanzan y quieren romper distancias y mitos, y eso es precisamente lo que os invito a conocer. La Sociedad Científica de Investigación Psíquica es un espacio en el que a través de un trabajo serio y concienzudo pretende constatar y avalar a las personas y los medios que pueden hacernos un acercamiento a otra dimensión, que no por no ver deja de existir, que no por no tener experiencias propias deja de estar ahí.
Avanzamos un siglo detrás de otro y estamos en la era tecnológica en la que cada vez más, estoy segura, podremos hacer que todo este mundo que hasta ahora ha sido tabú empiece a despertar. Deseo profundamente que todas las personas que han tenido experiencias, y sé que somos muchísimas, empecemos a salir del letargo del miedo y del qué dirán para poder compartir y avanzar.
Eugenia Varea
Subdirectora Equipo Científico de Análisis