Desde el momento del diagnóstico, la muerte se convierte en una alarma que no deja de sonar, y aunque desviemos nuestra atención, el ruido no para, hasta que nos damos cuenta que tenemos que sentarnos enfrente de esa alarma, de ese ruido, de ese diagnóstico, de ese proceso, sólo así podremos contemplar la muerte y sólo así, podremos contemplar la vida.
Si estás pasando por un proceso donde la muerte está cerca y necesitas apoyo, acompañamiento u orientación, puedes contar con nosotros.
Estamos para ayudarte, escucharte, apoyarte y acompañarte