¿VIVIR O SOBREVIVIR?
Me gustaría cuestionarte algo íntimo y profundo, algo que está pasando en tu vida tras la pérdida de tu ser querido, y que te conectara contigo mismo/a.
Ya sé que te sientes perdido/a, que una de tus brújulas para transitar por la vida ya no está.
Ya sé que tienes dolor.
Que estás triste.
Que muchas preguntas, no tienen respuesta.
Que cada mañana es un día de ausencias, difícil, de añoranza.
Sé que te paralizas ante muchas opciones: descartas ir a sitios, compartir con gente, implicarte en proyectos…..
Creo que sé bastante de tu sentir.
Y ahora, si te sientes identificado/a, te voy a pedir que te cuestiones:
¿Vas a vivir o sobrevivir?
¿Sabes?
La diferencia es abismal.
Sobrevives cuando optas por mantener los mínimos vitales: comes, duermes, piensas y re piensas mucho, trabajas por obligación, y haces aquello que es necesario sin ponerte como protagonista de tu historia de vida.
VIVES, cuando tomando conciencia de que la muerte existe, porque te ha tocado de lleno, decides que TÚ tienes por mandato imperativo cumplir con un proceso vital que empezó el día que naciste. Que tu historia es única e independiente de las demás y valoras que antes de abandonar este plano necesitas nutrirte de nuevas experiencias, de personas del entorno (aunque seas más selectivo/a), de los paisajes que te rodean, que tienes que plantar semillas y recoger frutos. Que hacer esto es, entre otras cosas, mostrar a tu ser querido que ha partido, lo valioso/a que eres y que por eso te eligió.
Fíjate que te estoy proponiendo que empieces a ver esto que te está pasando con nuevas gafas. Porque tus gafas de antes no sirven para ver este nuevo mundo sin tu pareja, sin tu hijo/ a, sin tu padre/madre, sin esa persona especial.
Tienes un legado: lo que esa persona aportó a tu vida, lo que te enseñó, lo que pudiste compartir…¡
Y todos antes o después partimos.
Si tu dolor y rabia, pena y sufrimiento e incomprensión y parálisis vital… lo recompones en sabiduría para avanzar viviendo, solo dejándote llevar por el río de la vida, entonces con el tiempo entenderás que estás honrando lo más importante de ti: tu propia historia de vida.
Solo podrás decidir y hacer esto mientras estés vivo/a y no sabes cuando se apagará tu mecha vital.
Ayer tuve que atender el caso de una señora que encontraron muerta en su cama, con las gafas puestas porque seguramente estaba con su móvil viendo cosas en las redes y se paró el corazón. La encontraron los bomberos tras el aviso de falta de contacto con su empleada de hogar. Se fue con su pijama amarillo de piolín al más allá. Unos años antes había perdido a su marido, dos hijos y a su hermana. No tenía a nadie. La acompañe hasta que llegó la funeraria y ayude a ponerle el sudario. Era lo mínimo que podía hacer por alguien desconocido cuya soledad y ausencia de familiares desembocó en la más dura de las soledades. Solo sé por lo poquito que he reconstruido que ella VIVIÓ estos años adhiriéndose a la vida. Le deseé buen viaje y feliz reencuentro con los suyos. Amén.
Te invito a que decidas VIVIR.
Un fuerte abrazo desde el alma.